Casi cuatro meses han pasado desde que inició el paro en varias facultades de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx) y la paciencia de cientos de estudiantes se ha agotado.
Al grito de “queremos estudiar”, jóvenes de distintas carreras han salido a marchar, han expresado su inconformidad en redes y han alzado la voz en medios. El mensaje es claro: quieren volver a clases, sin que eso signifique silenciar las demandas estudiantiles.
“No nos representan”: cuestionan al Enjambre Estudiantil Unificado
Una revisión hecha por Cumbre Informativa muestra que muchos alumnos acusan al Enjambre Estudiantil Unificado (EEU) de interferir en las decisiones internas de las asambleas de facultades y bloquear los acuerdos ya avanzados con Rectoría.
Estudiantes de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales han pedido abiertamente la liberación de sus aulas y mantener el diálogo directo con la actual rectora.
“Si la mayoría pide volver, ¿por qué seguir secuestrando la voz universitaria?”
, escribió Manuel Espinoza, reflejando el sentir de quienes ya no están de acuerdo con prolongar más el paro.
Votar para decidir: el llamado a procesos democráticos
Una queja constante entre los estudiantes es la falta de consulta real. Fabiola Onofre, alumna de Humanidades, comentó en redes: “¿De verdad no nos van a tomar en cuenta? Esto ya no es justo. Debería haber una votación para decidir si seguimos o no en paro”.
Muchos jóvenes sienten que su futuro académico está siendo frenado por decisiones impuestas desde fuera de sus facultades, sin transparencia ni representatividad.
Preocupación por posibles confrontaciones
El clima se ha tensado. Algunos alumnos denuncian que las asambleas de facultades como Políticas y Humanidades se han vuelto autoritarias, e incluso reportan que paristas portan objetos como palos y mazos. “No queremos violencia, solo regresar a clases en paz”, dijeron a medios locales.
Edificios desgastados, acuerdos rotos
Los efectos del paro también han llegado a la infraestructura universitaria: aulas, oficinas administrativas y equipos de cómputo presentan daños severos. El edificio de UAEMITAS fue vandalizado, y hasta ahora no hay una cifra oficial del costo económico.
Detrás de este desgaste, los alumnos ven falta de voluntad de ciertos grupos que —aseguran— responden más a intereses personales o políticos que a causas colectivas.
¿Y ahora qué sigue?
El llamado de la comunidad estudiantil es firme: volver a clases, sin borrar lo ganado. Piden diálogo real, respeto a la voz de todos y que las decisiones se tomen con base en votos, no en imposiciones.
“Sí queremos una mejor universidad, pero también queremos estudiar”, coinciden estudiantes que, con cuadernos en mano, ya están listos para regresar.
